martes, 15 de febrero de 2011

Buried (2010)

Esta película española, dirigida por Rodrigo Cortés, ha causado bastante controversia. Por un lado ha creado expectación en algunos por ver si puede tener interés ver a un tipo metido en un ataúd durante los 90 minutos que dura la peli. Por otro, existe el morbo y a los que le gusta ver personajes en situaciones muy complicadas para ver cómo se las arreglan, e incluso poder participar con ellos del intento desde la comodidad de la butaca del cine o el sillón de casa.

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El planteamiento es sencillo: Paul, un transportista que estaba trabajando en un convoy en Irak, se despierta en el interior de un ataúd, con tan sólo un móvil, un mechero, un acojone tremendo y poco tiempo para tratar de escaparse. ¿Qué hacer? Aquí es donde entra la capacidad de buscar una solución a su situación, y es donde algunos espectadores pueden encontrar el interés de la película. Mientras que habría quien buscaría mil formas de buscar una salida de la caja, realmente Paul no halla forma de hacerlo y su planteamiento se basa en aprovechar al máximo la batería del móvil para contactar con todo el que se le ocurre para que lo rescate, por supuesto desde EEUU. Enseguida se descubre que es víctima de un secuestro por parte de unos insurgentes iraquíes que están tratando de conseguir un rescate por él.

Aunque a priori pueda parecer estirar el guión como un chicle, creo que realmente el director consigue mantener la tensión toda la película. Hay giros en la trama, o minigiros, los que caben en el ataúd. Es decir, el personaje se ve "más cerca" y "más lejos" de la salida en diferentes puntos del film.

Porque, realmente, ¿tú qué harías? me preguntaba yo todo el tiempo. ¿Gastaría mi tiempo, el aire que me queda en llamar por teléfono? ¿O trataría por todos los medios de abrir una grieta en la madera y tratar de salir? Si realmente lo han enterrado para conseguir un rescate, ¿lo harían muy profundo si lo tuvieran que sacar? ¿Podría jugarsela a tratar de "bucear" a través de la tierra que está sobre el ataúd si la altura no es muy alta? ¿Es eso físicamente posible? ¿O quizás no tenían pensado sacarlo y es todo un farol?

Al final Paul juega sus cartas, y todo se desenlaza en un angustioso e impactante final. Si la película aprueba por la tensión conseguida y el interés mantenido, el final lo hace con nota. En cualquier caso, mejor no verse en la situación de este tipo.

Este guión es llevar al extremo la idea del miedo a la muerte que se exploró en películas como "La obsesión" del gran Roger Corman (Premature Burial 1962), en la que el protagonista vive aterrado con la idea de ser enterrado vivo, ya que padece catalepsia. Es el miedo primario, más que a la oscuridad, es a la muerte. Buried consigue llevar al espectador una pizca de ese miedo, eso sí durante 90 minutos, o tal vez más.

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