jueves, 27 de enero de 2011

The Smiths - Please please please let me get what I want (BSO 500 días juntos)

Hoy dejo aquí esta gran canción de The Smiths, grupo rock ochentero británico, con gran éxito pero que tras varios discos se separó en 1987. Un grupo de culto, que no ha vuelto ha reunirse.

No hago más que darle vueltas a la canción. La oí por primera vez en la película 500 días juntos (500 days of summer, Dir. Marc Webber 2009). Y desde entonces me he acercado a este grupo al que apenas había oído, y merece la pena. Ya sé que no vengo con un estreno pero a quién le importa.





La película creo que verdaderamente vale la pena verla. Podría pasar por comedia romántica igual que "Donde viven los monstruos" podría pasar por entretenimiento infantil. Pero tiene mucho más. Además, avisa al principio diciendo que es la historia de un chico y una chica, pero no es una historia de amor. En la película Tango Feroz (Marcelo Piñeyro, 1993), una de mis favoritas, se dice habla sobre qué pasa después de que acaba una historia de amor rodada y expuesta en 90 minutos. Bueno, no se puede mantener la felicidad para siempre, pero eso ya no se ve en la película. 500 días juntos tiene algo que ver con eso.

La historia podría ser la típica de chico conoce a chica, y surge una historia entre ellos, todo es felicidad y estamos viendo una comedia. Pero con el paso de la relación los puntos en común ya no son tantos, y la complicidad no es completa, el entendimiento es bueno pero no total, y hay matices, detalles, signos muy leves de incomprensión, pero que a la larga acaban determinando el final de la pareja. La película además se presenta en escenas completamente desordenadas, lo que hace que el espectador no sepa realmente por dónde va a acabar la cosa, de hecho el final que digo ocurre más bien al principio, y luego... bueno no cuento nada.

El final es muy poético, creo, en el sentido de crudeza, realidad y tristeza que presenta la historia, pero que podría pasar por cualquier bonita historia, pero no de cine, sino real, nos querámos o no dar cuenta en algún momento de nuestra vida.


jueves, 20 de enero de 2011

1984 (G. Orwell)

Acabo de leer este clásico, llevaba tiempo pensando hacerlo y ahora que estaba haciendome una saga política (Crónicas Birmanas, Pyongyang, V de Vendetta) creí que era el momento más adecuado. La película ya la había visto y sabía más o menos la historia pero el libro había que leerlo.

La novela la escribió George Orwell hacia 1947-1948, o sea que era futurista. Es una ficción sobre un mundo imaginario futuro donde la sociedad cambia bruscamente hacia un estado totalitario que anula absolutamente a los individuos y que siempre está en guerra con el enemigo vecino. Los estados totalitarios en los que se basa podrían ser el régimen nazi o el comunismo ruso, pero realmente es algo más genérico, más conceptual y llevado al extremo. Aún así, muchas de las ideas que plantea se basan en hechos reales, vivencias personales del autor, que pudo recabar al haber dividido su residencia en sitios como Birmania, Londres, París e incluso en España durante la Guerra Civil.



El planteamiento es sencillo, se trata de una sociedad donde todos están observados y controlados por cámaras, vigilados por el Gran Hermano, que es un ente realmente impersonal bajo el que se esconde la dureza del régimen. Los ciudadanos que pertenecen al Partido, están obligados a trabajar y a no pensar en el por qué de las cosas, a no observar su nivel de vida lamentable, sino a apoyar al régimen, a amar al Gran Hermano y a convivir con las mentiras que reciben. No sólo eso, sino a creérselas y ser felices por cosas que les cuentan como que cada vez les van a dar más comida, cuando realmente es evidente que se trata de todo lo contrario. La guerra continua contra un enemigo invisible no parece (a ojos del lector) sino una terrible distracción. Los ciudadanos más concienciados, activistas y apasionados con el Partido son los mejor vistos, aunque no reciben un mejor trato por ello. Al revés, si se sospecha que alguien es un disidente, aunque sólo sea de pensamiento (existe la policía del pensamiento para evitar los crímenes mentales), lo más probable es que acabe siendo "evaporado". En este sentido se utiliza la denuncia por parte de los conciudadanos, en especial los niños, lo que da un toque terrorífico, sobre todo porque guarda relación con algunos hechos históricos reales.

En medio de esta decadencia, y de la ceguera obligada, se encuentra Winston, una persona cualquiera que piensa que algo no encaja, que ha debido existir un pasado mejor y que debería existir un futuro mejor. Winston está obligado a guardar silencio y aparentar que está a favor del Partido como todos, porque de otro modo sería detectado y ajusticiado inmediatamente. Las cámaras del Gran Hermano están por todas partes. También existen los proletarios, fuera del Partido, y que llevan una vida aún más miserable pero menos controlada, por tanto son más ignorantes y viven algo más felices. Winston opina que el futuro está en ellos.

Bien, hasta aquí voy a contar, no voy a seguir, pero tengo que decir que el libro me ha parecido una gran obra, con una carga política brutal, es un grito de protesta hacia el sueño en que los políticos nos quieren hacer vivir para que no nos enteremos de nada. Y el enfoque filosófico-moral-político es abrumador. Las guerras están para malgastar las ganancias conseguidas con el trabajo, y que ello permita que sigan existiendo diferencias sociales, de modo que haya gente que ostente el poder por el placer de hacerlo.

Realmente opino que en el mundo en general no ha pasado lo que plantea este libro (en algunos sitios posiblemente sí, Korea del Norte?, Birmania?, ...),  de forma tan evidente, pero sí que las situaciones generadas en las diferentes sociedades o en la comunidad global están muy cerca de algunos planteamientos. La mentira, la ingenuidad, otra vez la mentira, y la impunidad. Y así llevamos siglos y siglos que vendrán.

El futuro estaba en los proles, decía Winston, en la educación de las sociedades, pero a día de hoy, más de medio planeta no goza de las posibilidades de una buena educación, y el mundo lo controlan economías globalizadas, corporaciones que manejan gobiernos, que hacen que los individuos sean demasiado pequeños como para poder hacer nada, si es que son capaces de leer entre líneas. Y hay muchos entretenimientos para perder el tiempo leyendo... en el libro son las guerras, en la vida real también, pero puede ser el fútbol, las discusiones políticas triviales en vez de las relevantes, o Belén Esteban.

Bueno, este libro no es nada nuevo, y sé que más de la mitad de los que leen este blog ya lo han leído, pero igualmente dejo esta recomendación. Me parece un libro de una fortaleza narrativa aplastante, de una concentración de ideas, con una claridad y una agresividad tremendas. Ayer vi la película, 1984 (1984) de Michael Radford (aunque ahora he descubierto que hay más versiones), y la verdad que se hace muy lenta (película lenta: esa que te duermes de aburrimiento), y eso que es muy fiel al libro. Quizás la película no es capaz de reflejar todos los conceptos e ideas que se describen en el libro, se queda muy corta, no alcanza ese estado de ánimo y esa reivindicación de la libertad que persigue Winston.

En la estupenda Wikipedia estoy viendo que hay otras novelas antiutópicas, llamadas distópicas, como esta: Un mundo feliz (Aldous Huxley) y Farenheit 451 (Ray Bradbury). Puede que lea alguna. Se da la circunstancia divertida de que yo iba en el tren el domingo acabando 1984 y la chica que se sentaba a mi lado venía leyendo Un mundo feliz. Y, por otra parte, he estado buscando adaptaciones al comic de novelas de Ray Bradbury recientemente (el genial Kent Williams entre otros). Casualidades de la vida.

1984 es un clásico, como decía al principio. Sin embargo, como le ocurre a Winston, no te aporta nada nuevo que no hayas podido intuir por tí mismo si has estado un poco atento, si has prestado atención, como dice la letra de 2+2 = 5 de Radiohead.