viernes, 1 de abril de 2011

Cine diferente sobre vampiros (II): Thirst (2009)

Continuamos con la segunda referencia de cine sobre vampiros. En la anterior cita teníamos El ansia y aquí vamos a comentar Thirst, Sed en español, que viene a ser parecido. Thirst continua el ciclo de películas koreanas abierto recientemente en este blog. Su director, Park Chan-wook es conocido por películas como "Old boy" (2003) o "Sympathy for Mr. Vengeance" (2002).

La historia ya es curiosa de entrada porque el protagonista es un sacerdote que se convierte en vampiro. Realmente, es un sacerdote que está tan dispuesto a ayudar a los necesitados que se interna en una clínica donde se investiga con un virus mortal, que se les inyecta voluntariamente a pacientes que quieren acabar con su vida. Sang-hyeon, el sacerdote, es Song Kang-ho, famoso actor koreano, que podemos recordar por ejemplo por el entrañable Gang-du de "The host" (2006). Cercano a la muerte, consigue en extrañas condiciones ser el único paciente que sobrevive al virus. La causa de su salvación la vamos descubriendo poco a poco: la sangre que le han transferido debía pertenecer a un vampiro.




A partir de entonces comienzan los contrastes para Sang-hyeon: es un inmortal cuando quería dar su vida por los demás; tendría que matar para alimentarse cuando lo que él quería es salvar vidas; y es reverenciado como si fuera un santo por un grupo de fanáticos religiosos que creen que se ha salvado por milagro y que es capaz de curar, cuando en realidad es más bien un demonio.

Sin embargo, el sacerdote se las apaña para alimentarse sin tener que dañar a nadie e incluso mantener su vida social con una familia que acaba de conocer: Kang-woo, un amigo de la infancia que cura su cáncer al ver a Sang-hyeon, su madre, la señora Ra, y su hijastra, Tae-ju. Ésta ha vivido acogida en su casa desde niña y que ha tenido que acabar casándose con Kang-woo. Tae-ju vive encerrada en una cárcel, tratada como una sirvienta por su marido e incluso peor por la dominanta de su madrastra-suegra. Eso hace que quiera hacerse pasar por sonámbula para salir corriendo de noche por las calles de la ciudad como si pudiera escapar de su vida. Sang-hyeon no puede evitar sentirse atraído por ella y trata de encontrar formas para poder verse a escondidas. Poco a poco irá perdiendo su vocación de sacerdote...

Las virtudes de Thirst son varias. Por momentos logra que nos olvidemos que estamos viendo una película de vampiros y nos centramos en el drama de Tae-ju y el romance que surge con Sang-hyeon. De hecho, se transforma en una tierna historia de amor. Pero esta película no es una trama dramática disfrazada de cuento de terror, Thirst es mucho más. En ocasiones no sabremos hacia dónde nos lleva el guión, pero la película tiene éxito en involucrarnos en la triste vida de los personajes, su afán por escapar hacia una vida más libre, como la que tendría un vampiro, pero también tiene unos giros hacia el horror más sanguinario a la vez que combina a la perfección toques de humor inteligente.

Por eso la película está llena de sorpresas. A medida que vamos conociendo a Tae-ju veremos que los problemas de Sang-hyeon (todo un vampiro!) no han hecho más que comenzar. Él es un alma bondadosa encerrada en el cuerpo de una bestia sedienta de sangre, pero ella, en sus propias palabras "no es una chica tímida". La relación entre ambos choca con los muros que atrapan a Tae-ju, su marido y su madrastra, lo cual para un vampiro-sacerdote-amigo de la familia, puede ser muy difícil de llevar o muy fácil de solucionar, o quizás no tan fácil. El carácter monstruoso de vampiro, se verá profundamente influenciado por la forma de ser de la persona que se transformó en él, como iremos descubriendo.

En la segunda mitad de la película se mezclará la acción, gran cantidad de sangre, lo sobrenatural, los remordimientos, la intriga policíaca, el humor más macabro y el amor de Sang-hyeon por Tae-ju. La tensión estará asegurada siempre que se combine la acción asesina del vampiro con la partida de dominó de los jueves en casa de Kang-woo. El desenlace final no escapa a la coherencia del sacerdote, a la vez que es entrañable, si una relación entre vampiros puede serlo, y combina a la perfección la sensación dramática con los momentos más divertidos de la película. Park Chan-wook no busca la escena directa ni acelerada, ni el susto fácil, sino que se recrea en sutilezas que hacen de Thirst una buena recomendación para los amantes del cine de vampiros y también para los que no lo son.

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