sábado, 5 de abril de 2014

Riddick (2013)

Los fans del género de ciencia ficción somos un poco masoquistas, y buscamos las segundas y terceras partes de cosas que a veces no hay por dónde cogerlas. El caso de "Riddick" es un poco así, pero también debo reconocer que yo disfruté viéndola. Quizás habría que aclarar que "Pitch Black" fue una película casi de culto. Sin ser una película extraordinaria, para mí creó un universo muy atractivo en el que el protagonista era uno de los malos, regido por su propio código, y donde habitaban criaturas inverosímiles y mortales. Todo ello, caracterizado por una ambientación trabajada, con unos colores muy retocados, y con unos personajes caracterizados por una gravedad, una solemnidad y sobre todo los mitos de dicho universo, que solo se cuentan superficialmente, pero están ahí. Salvando las distancias, es un poco como el mundo de Conan, y otros antiguo héroes de la literatura épica. Me resultaría más fácil verlo en comic que en la gran pantalla, pero aquí está este personaje que se ha hecho un hueco en el género en los últimos años, aunque sea por la puerta pequeña.
 
 
 
 
De ahí, "Las crónicas de Riddick" fue sorprendente porque no se limitó a copiar la primera entrega sino que presenta una trama completamente diferente. Por eso, esa "copia" quedó sin hacerse y finalmente llegó el momento de que David Twohy satisficiera a los fans con más caza-recompensas en busca de Riddick, en planetas inhóspitos y llenos de feroces alienígenas que salen como los champiñones cuando llueve. Son tan numerosos que pueblan el terreno allá donde vayan los personajes, pero todo un planeta lleno de ellos se puede alimentar tan solo de siete desafortunados figurantes que caen de una nave en la película equivocada.
 
Y con todo eso, qué gusto de ver este tipo de cine. Llamadme simple.
 
Por cierto, el mejor momento: cuando hacen callar al personaje interpretado por Jordi Mollà. Se veía venir desde el minuto 1.

 

1 comentario:

  1. Una peli estupenda. A mí me encantó. No entré a valorarla por su arte, sino por lo que disfruté viéndola. Me acabé enamorando de su amigo-mascota: esa especie de perro-chacal gigante. No cuento más para no destripar.

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