Una de las películas de terror
más populares del año pasado del director de “El exorcismo de Emily Rose”
(2005), Scott Derrickson. Yo lo que puedo decir es que vaya película más
desagradable. Es terror, sí, pero de ese que no busca tanto asustarnos sino
ponernos de mal rollo. Y para ello utiliza diferentes tácticas, su enrevesado
argumento, unas imágenes especialmente seleccionadas de crueles asesinatos, una
escenografía oscura y un ambiente incómodo, y sobre todo una banda sonora
acorde con todo lo anterior, que quizás es lo que yo más resaltaría.
Ethan Hawke es Ellison Oswalt, un
autor controvertido que ha tenido algún éxito escribiendo sobre crímenes sin
resolver, con lo que se ha ganado muchos lectores, pero también detractores, al
anteponer sus ventas a la resolución de los casos o de la imagen de la policía
involucrada en la investigación de los mismos. Acaba de mudarse a una casa en
la que se cometió un asesinato no resuelto, aunque su familia no lo sabe, y ya
de entrada su esposa nos deja entrever que no es la primera vez que el autor
hace alguna cosa parecida, anteponiendo su éxito personal a la ética o incluso
al bienestar de su familia. Un éxito que, por lo visto, es cada vez más escaso
y más deseado, volviendo a Ellison un personaje ansioso por encontrar algo
sucio y oscuro que contar a pesar de los riesgos aparentes, y evidentes, que se
esfuerza por ignorar en esta historia. En efecto, el escritor encontrará
algo muy oscuro y diabólico detrás de una serie de asesinatos grabados en unas
películas en super-8 que encuentra en la casa, algo que aparece desde el
principio del film.
Esta es la típica película que
quiere ser terrorífica y morbosa. Pretende ser repulsiva y generar malestar
del tipo visual y también a través de
miedo hacia algo oculto, pero sin embargo es un batiburrillo de ideas, algunas
de ellas muy poco creíbles que no acaban de encajar entre sí. Al final, y no lo
voy a desvelar, existe una explicación que justifica lo ocurrido en la casa,
pero es de esas hiper-rebuscadas que no tendrían sentido en ningún contexto
salvo para una película de pseudo-terror que quiere sorprender con un giro
final. El (lo diré de nuevo) pseudo-éxito de la película estriba en su trasfondo
ahogante y oscuro, en la soledad del protagonista en la casa, y repito, en su
banda sonora, pero falla en la coherencia y solidez de su argumento, que quiere
abarcar mucho pero aprieta poco. La aportación de Ethan Hawke al género tampoco
es de sus mejores trabajos. Sinister aterra en algunas escenas, y si se busca
eso tiene algo de acierto, pero como historia de terror queda un poco floja y
enrevesada.
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