Producida por Steven Spielberg y dirigida por J. J. Abrams (productor de Lost y Fringe), cabía esperar algo por lo menos interesante de esta película, aunque bien es cierto que Abrams, o por lo menos sus proyectos, a veces se caracterizan por tirar la piedra, el gancho, el elemento interesante, y luego esconder la mano, sin aportar la coherencia y el contenido o trama de fondo que enlace toda la historia y le dé solidez. Fringe, que empezó así, luego se ha redimido y aún está a tiempo de conseguir una buena nota, pero aún no me fío. Y por otro lado es conocido el fracaso (para algunos como yo) de Lost en este sentido, a pesar de su increíble éxito comercial y alto interés generado en el seguimiento de la misma entre muchos en los que me incluyo. Triunfó en la audiencia y en conseguir emocionar a una legión de seguidores, pero para mí falló en la resolución. Dicho esto, tenía muchas ganas de ver Super 8.
Ambientada en 1979, Super 8 está escrita y dirigida por Abrams pero parece un homenaje a las películas de aquella época, principios de los 80, dirigidas por Spielberg, y me estoy refiriendo sobre todo a E.T., Los Goonies, y aquellas películas de ciencia ficción protagonizadas por una pandilla de chavales y con las que muchos hemos crecido.
La acción se centra, como digo, en un grupo de 5 chicos en edad escolar, que viven en un pueblo tranquilo de Estados Unidos, y que están rodando una película de zombies (detallazo). El protagonista es Joe, un chico que ha perdido a su madre recientemente, y que aunque aprecia a sus amigos, parece que conecta mejor con Alice, una chica que acaba de llegar al grupo. Durante el rodaje totalmente amateur, ocurre un espectacular accidente de tren, que encierra muchas incógnitas, pues parece que el tren transportaba algún secreto bien guardado por los militares, y que la cámara podría desvelar en el video registrado. Pero es que en aquellos tiempos se tardaba tiempo en revelar la película y han de esperar. Sin embargo, pronto tienen que escapar de los militares que los buscan para conseguir la película.
En su desarrollo la película es muy potente, entretenida, entrañable, muy divertida y emocionante. Se combina muy bien el elemento de terror invisible (no como los de Shyamalan y “El incidente”, aquí pasa algo de verdad), con la típica trama de amenaza alienígena, pero entrelazado con los problemas de los chicos y su desparpajo, que para mí es lo que mejor está conseguido del film.
En su desarrollo la película es muy potente, entretenida, entrañable, muy divertida y emocionante. Se combina muy bien el elemento de terror invisible (no como los de Shyamalan y “El incidente”, aquí pasa algo de verdad), con la típica trama de amenaza alienígena, pero entrelazado con los problemas de los chicos y su desparpajo, que para mí es lo que mejor está conseguido del film.
Es inevitable establecer comparaciones con las películas citadas de Spielberg. Joe es huérfano de madre, Elliot lo era de padre, en ambas historias se encuentra un extra-terrestre que asustaba y pretende volver a casa, pero creo que más que la trama en sí, lo más parecido que yo encuentro es el ánimo de la película y la puesta en escena de los chavales. Esas escenas de cocina americana con los niños peleándose, los padres entendiéndose como pueden, todo lleno de trastos y juguetes, todo el mundo hablando a la vez, lo podemos encontrar en varias películas de la época (Poltergeist, E. T., Encuentros en la tercera fase, ...). Al estar ambientado en 1979, no encontraremos iphones ni consolas ni demás dispositivos punteros, sino walkmans, bicicletas y mochilas, que es lo que se llevaban entonces a todas partes, y eso sí, juguetes de Star Wars. En este sentido las escenas de persecución de E.T con las bicicletas las podemos encontrar aquí cuando son seguidos por todo un ejército en su propio barrio.
Por tanto, no me parece que sea una copia de aquél cine, sino una inspiración. Super 8 me ha dejado sobre todo muy buen sabor de boca, me trae muy buenos recuerdos, al cine de entonces y a cosas que hacíamos de pequeños, y la manera que está contada recupera el cine familiar de ciencia ficción que yo tenía realmente desaparecido salvo alguna excepción en los últimos años como “Donde viven los monstruos”, “Coraline”, “Mirrormask” pero incluso estas me parecen que no acaban de dirigirse a un público infantil a la vez que adulto, sino más bien a lo segundo. Me ha parecido una película muy interesante, más por la forma que por el fondo. Desde luego no es original, pero está muy bien hecha. A mí me ha encantado, pero si tuviera 10 años y no hubiera visto todas aquellas pelis de los geniales 80 todavía me hubiera gustado más.
Por cierto, atención a los créditos, donde se puede ver la película que ruedan los chicos. Muuuy divertida.