domingo, 4 de septiembre de 2011

Insidious (2011)

He aquí una película más sobre casas encantadas con el aliciente de su director, James Wan, el director de la controvertida, provocadora y exitosa Saw. Insidious tiene fallos y aciertos. No llegando a las cotas de otras películas a las que emula en ocasiones (como Poltergeist), presenta logros más en ciertos elementos visuales que en el conjunto.
Trata de una familia en la que uno de los tres hijos, Dalton, parece ser acosado por un fantasma, hasta tal punto que el chico cae en coma de forma inexplicable por los médicos. La madre, Renai, que trabaja en casa cuida de él, y del bebé, pero por el intercomunicador comienza a oir susurros de alguien que quiere poseer a Dalton. Esta escena concreta es escalofriante, y mira que ya se han podido ver cosas parecidas (“La habitación del niño”).

 
De aquí empieza la manida relación entre madre que ve fantasmas y padre trabajador incrédulo que no le hace caso. Pero tarde o temprano el acoso por parte de un ente que se manifiesta como un niño travieso se vuelve demasiado continuo y peligroso, y Renai y su marido Josh acaban por solicitar la ayuda de un equipo que investiga sucesos paranormales.
SPOILERS. Toda la historia parecerá estar relacionada a su vez con la infancia del padre, Josh, que padeció los mismos síntomas que Dalton: sufría experiencias extracorporales, viajes astrales, y como consecuencia de ello ese trance suponía una puerta para la entrada de entes sobrenaturales en su mundo. De hecho, padre e hijo se ven acosados por algo. Dalton por un demonio oscuro (que pretende asustar más de lo que realmente consigue en el film), y Josh por una mujer anciana vestida con ropas antiguas.
FIN DE SPOILERS.
Insidious no es original, es demasiado parecida a Poltergeist por ejemplo, en tanto que existe un niño en peligro, y sus padres deben armarse de valor y amor para salvarlo bajando a los infiernos o a lo sobrenatural, mejor dicho. Y todo ello ayudado por una mujer que puede ver el más allá. Bueno, en este sentido no le llega a Poltergeist ni a la suela de los zapatos, pero tiene escenas concretas muy logradas: las imágenes de los créditos del principio, el arranque de la película con esa fotografía de la madre que se va coloreando, el viaje a través de la oscuridad absoluta, la casa vacía con figuras sonrientes como si fueran maniquís, el lugar donde habita el demonio y sobre todo la música que escucha, y la mujer que acosa al padre.
Es decir, la personalidad de Insidious está en su enfoque más que en su planteamiento. Como historia, no sorprende demasiado, ni siquiera el giro final, pero sí la estética de algunas escenas. Asusta, sí, pero no es para tanto.

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